Las zapatillas es uno de los componentes más importantes del corredor. La vida media de una zapatilla es de 800 a 1.500 km., dependiendo del terreo, por lo que es conveniente cambiarlas cuando veamos desgastes excesivos y que las suela esta mas rígida ya que pierde de esta forma su poder de absorción de impactos.
Dentro de la amplia gama de zapatillas de deporte que existen en el mercado, podemos encontrarlas pronadoras, supinadoras o neutras, pero este tipo de calzado, no es aconsejable ya que puede modificar la biomecánica de la pisada, creando nuevas patologías o dolencias. Si se sufre algún tipo de lesión en los pies o miembro inferior, antes hay que ver cuál es la causa, de donde viene y por qué y valorar si es necesario el uso de plantillas, por tanto, el profesional que mejor puede ayudar y aconsejar en este tema es el podólogo.
Las características más importantes que debe cumplir una buena zapatilla para correr, a rasgos generales es que tenga:
- Poco peso y sea ligera.
- La suela y la puntera sean flexibles.
- Buena amortiguación en el talón.
- Que la suela presente surcos para el mejor agarre y estabilidad con el suelo.
Es decir, debe cubrir los requisitos específicos de estabilidad, amortiguación y ajuste que demandan tobillos y pies de cada corredor.
Antes de practicar cualquier práctica deportiva, es muy importante realizar ejercicios de estiramiento durante 10-15 minutos y también después de hacer deporte, pero estos de una forma más suave y relajada, para así poder evitar lesiones musculares.
Para el cuidado de los pies es conveniente seguir estas recomendaciones para evitar lesiones, como aplicarse crema con urea unos 30 minutos antes de salir a realizar ejercicio, para así mantener la piel hidratada evitando la aparición de ampollas o rozaduras. En el caso de que exista un exceso de sudoración en los pies se debe utilizar calcetines con fibras especiales para la sudoración y mejor transpiración de los pies como la fibra sintética Coolmax®.
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